La celeridad con que el régimen capturó al presunto asesino de un oficial de la policía del municipio villaclareño Caibarién, contrasta con la parsimonia con la que las autoridades enfrentan crímenes que involucran a ciudadanos comunes.
El Ministerio del Interior informó, que detuvo este sábado en la ciudad de Remedios, en la misma provincia, al sospechoso de asesinar al capitán de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), Leonel Mesa Rodríguez, jefe de sector en el municipio de Caibarién. Las autoridades no dieron la identidad del detenido.
Mesa Rodríguez, de 62 años fue encontrado muerto el viernes en una carretera del municipio caibarienense, específicamente en el Consejo Popular La Reforma, donde vivía.
“Es que varias personas vieron eso, porque eso fue en el medio de la calle. Personas tenían que haber estado pasando, en ese momento, por ahí, porque tampoco fue de noche, fue temprano en la mañana. Cualquiera puede haber hecho esos retratos hablados, incluso identificarlo”, consideró en conversación con Martí Noticias Miriam Márquez, una enfermera de la localidad.
El activista, natural del pueblo de Caibarién, Javier Delgado Torna, señaló que “dieron con él porque le cayeron arriba con todo, que, si llega a ser la muerte de otra persona, se demoran en buscarlo”.
En redes sociales, muchos internautas, calificaron al policía muerto como un “esbirro”, un miembro del aparato represivo del régimen. El agente era conocido en la zona como “Cal Viva”, por su carácter, que muchos calificaron de abusivo.
“Conmigo nunca se metió, pero aquí en el municipio había un criterio malísimo sobre él, sobre sus métodos”, subrayó Delgado Torna.
En este sentido, Márquez indicó que “nadie tiene derecho a matar a otra persona, sea quien sea. Nunca tuve problemas con él y no lo conozco como para ver que haya tenido problemas”.
En comentarios en Facebook, algunos coincidieron con la aparente disposición de los mandos militares de hacer cumplir la ley, en este caso, con el mayor rigor.
“El detenido será sometido al proceso penal correspondiente, con el rigor que establece la justicia revolucionaria y conforme a la magnitud y gravedad del hecho cometido”, dijo el MININT en la nota oficial.
Otra residente de La Reforma, Mayra Bueno aseguró que en el barrio había buen criterio del fallecido: “lo que se dice es que cumplía con su deber”.
Agregó que, en el corto tiempo que pasó entre el crimen y la aprehensión del perpetrador, los habitantes de La Reforma sintieron mucho temor.
“Estuvimos con mucho miedo porque, según se decía, tenía armas. Inclusive, aquí los niños no salían para afuera porque teníamos temor y se decía que estaba cerca de por aquí, pero todo fue rápido”.
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